El sábado 14 de diciembre a las 12 hrs en el museo de sitio Castillo de Niebla se inaugura Corazón de pajarito, una instalación de artes visuales gestionada por la artista Emilia Insecta que comenzó como una investigación individual y se transformó este año en un proyecto colectivo, que intenta acercar el mundo de las aves a las personas de Valdivia y la costa.
Personas de todas las edades y niños y niñas de la Escuela Juan Bosch participaron en grupos de limpieza de playa, de tejido con fibras naturales, de fermentación y de avistamiento de aves, con el fin de cocrear junto al equipo de Corazón de pajarito las obras que se mostrarán en el Museo.
Un gran ave tejido con fibras, restos de poda y basura recolectada, suspendido en medio de la sala; una instalación con fermentos que simulan un sistema digestivo de pájaro repleto de bacterias; un video proyectado en basura y un paisaje sonoro inmersivo son algunas de las instalaciones que componen el mundo Corazón de pajarito.
“Este proyecto se pregunta cómo integrar los códigos de las aves con la profundidad y la complejidad que requiere conocer a un animal habitante del aire y repleto de aire hasta en sus huesos. Hace años que busco a las aves en humedales, bosques y playas, contemplándolas y aprendiendo sobre ellas, y he comprobado en la observación y la escucha mis propias teorías sobre sus movimientos y comportamientos. A raíz de la capacidad de resiliencia y sobrevivencia de las aves frente a catástrofes naturales y la reciente gripe aviar, me pregunto qué significa tener corazón de pajarito, dicho humano asociado a la sensibilidad y la fragilidad. Lo cierto es que las aves tienen el corazón más grande del reino animal y su sistema cardiaco les permite volar sin cansarse”, cuenta la artista sobre el origen de esta investigación.
Este año, gracias al financiamiento de fondos Conarte de la Corporación Cultural Municipal de Valdivia, el proyecto Corazón de pajarito salió de la individualidad para convertirse en un proceso colectivo, en donde Emilia convocó a las artistas Estela Morales, Mortaja Fetal, María Hurtado y a la monitora y educadora ambiental Rayén Loncomilla a cocrear y a realizar talleres y laboratorios abiertos a la comunidad, con el fin de acercar a las personas al mundo de las aves y a formas de creación artísticas ecológicas.
“Buscamos crear una relación entre el mundo de las aves y otras formas de habitar y crear de manera ecológica, en sintonía con la naturaleza y sin generar residuos. En los talleres que realizamos junto a Rayén Loncomilla en la Escuela Juan Bosch, intentamos incentivar que los niños y niñas trabajaran solo con materiales recolectados en el territorio. En el de fermentación, toda la creación generada es comestible y se podrá degustar en la inauguración. Y en el de tejido colectivo utilizamos solo recolecciones del territorio, incluyendo residuos que recolectamos en una limpieza de playa convocada en Isla del Rey”, asegura Emilia.
Corazón de pajarito es una exposición que está pensada para niños/as y adultos y que busca que las personas interactúen con ella, para conectar con todos los sentidos con el mundo de las aves y comenzar a mirar con nuevos ojos a estos seres abundantes y poderosos que rodean al ser humano. Se podrá visitar del 14 al 21 de diciembre de martes a sábado de 10 a 17 horas.
¿Qué? Inauguración Corazón de pajarito
¿Cuándo? Sábado 14 de diciembre a las 12 hrs (medio día)
¿Dónde? Museo de Sitio Castillo de Niebla (Calle del Castillo, s/n, Niebla, Valdivia)
¿Para quiénes? Evento apto para todas la familias
Participan en Corazón de Pajarito:
Emilia Insecta (creadora y gestora), Estela Morales (tallerista y diseñadora gráfica), Rayén Loncomilla (tallerista y monitora ambiental), María Hurtado (realizadora audiovisual), Mortaja Fetal (tallerista y montajista), Antonio Little (sonidista), Constanza Rutherford (periodista).
Para más información o entrevistas, escribir a contacto de prensa +569 6729 8557 a Emilia al 9 77790005
Redes sociales: @emiliainsecta
Créditos Imágenes: @maría hurtado
Emilia Duclos Mena (Emilia Insecta) es periodista, fotógrafa y artista residente en la selva valdiviana, en la localidad costera Chaihuín. Su creación está cruzada por la ruralidad y la exploración de formas regenerativas de habitar la biósfera en colaboración con otros seres. Es autora del fotolibro Úvula, investigación de microorganismos que cruza poesía, ciencia y filosofía y actualmente realiza una residencia para niños y niñas en Cecrea Valdivia.